19 diciembre 2005

El buscador

Un buscador es alguien que busca. No necesariamente es alguien que encuentra. Tampoco es alguien que sabe lo que está buscando. Es simplemente para quien su vida es una búsqueda.
Un día un buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Él había aprendido a hacer caso riguroso a esas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo, así que dejó todo y partió. Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos divisó Kammir, a lo lejos. Un poco antes de llegar al pueblo, una colina a la derecha del sendero le llamó la atención. Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores encantadoras. La rodeaba por completo una especie de valla pequeña de madera lustrada… Una portezuela de bronce lo invitaba a entrar. De pronto sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en ese lugar. El buscador traspaso el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles. Decía que sus ojos eran los de un buscador, quizá por eso descubrió, sobre una de las piedras, aquella inscripción … “Abedul Tare, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días”. Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que esa piedra no era simplemente una piedra. Era una lápida, sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en ese lugar… Mirando a su alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado, también tenía una inscripción, se acercó a leerla decía “Llamar Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas”. El buscador se sintió terrible mente conmocionado. Este hermoso lugar, era un cementerio y cada piedra una lápida. Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto, pero lo que lo contactó con el espanto, fue comprobar que, el que más tiempo había vivido, apenas sobrepasaba 11 años. Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a llorar. El cuidador del cementerio pasaba por ahí y se acercó, lo miró llorar por un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar.
- No ningún familiar – dijo el buscador - ¿Qué pasa con este pueblo?, ¿Qué cosa tan terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué tantos niños muertos enterrados en este lugar? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que lo ha obligado a construir un cementerio de chicos?.

El anciano sonrió y dijo: -Puede usted serenarse, no hay tal maldición, lo que pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré: cuando un joven cumple 15 años, sus padres le regalan una libreta, como esta que tengo aquí, colgando del cuello, y es tradición entre nosotros que, a partir de allí, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abre la libreta y anota en ella: a la izquierda que fue lo disfrutado…, a la derecha, cuanto tiempo duró ese gozo. ¿ Conoció a su novia y se enamoró de ella? ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla?…¿Una semana?, dos?, ¿tres semanas y media?… Y después… la emoción del primer beso, ¿cuánto duró?, ¿El minuto y medio del beso?, ¿Dos días?, ¿Una semana? … ¿y el embarazo o el nacimiento del primer hijo? …, ¿y el casamiento de los amigos…?, ¿y el viaje más deseado…?, ¿y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano…?¿Cuánto duró el disfrutar de estas situaciones?… ¿horas?, ¿días?… Así vamos anotando en la libreta cada momento, cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado, para escribirlo sobre su tumba.
Porque ese es, para nosotros, el único y verdadero tiempo vivido.

15 diciembre 2005

el bote de vidrio

Cuando las cosas en la vida te superen...,cuando 24 horas al día no son suficientes...,recuerda esta historia del "Bote de vidrio y el Café".Un profesor, delante de sus alumnos de la clase de filosofía, sin decir ni una palabra, cogió un bote grande de vidrio y procedió a llenarlo con pelotas de golf.Después preguntó a los estudiantes si el bote estaba lleno. Los estudiantesestuvieron de acuerdo en decir que si.El profesor cogió una caja llena de perdigones y los vació dentro del bote.Estos llenaron los espacios vacíos que quedaban entre las pelotas de golf.El profesor volvió a preguntar de nuevo a los estudiantes si el bote estaba lleno, y ellos volvieron a contestar que si.Después el profesor cogió una caja con arena y la vació dentro del bote.Por supuesto que la arena llenó todos los espacios vacíos y el profesor volvió a preguntar de nuevo si el bote estaba lleno.En esta ocasión los estudiantes le respondieron con un si unánime.El profesor, rápidamente añadió dos tazas de café al contenido del bote y efectivamente, llenó todos los espacios vacíos entre la arena.Los estudiantes reían... Cuando la risa se fue apagando, el profesor les dijo:"Quiero que os fijéis que este bote, representa la vida". Las pelotas de golf son las cosas importantes como la familia, los hijos, la salud, los amigos, el amor, cosas que te apasionan. Son cosas que, aunque perdiéramos el resto y nada mas nos quedases estas, vuestras vidas aún estarían llenas.Los perdigones son las otras cosas que nos importan, como el trabajo, la casa, el coche...la arena es el resto de las pequeñas cosas.Si primero pusiéramos la arena en el bote, no habría espacio para los perdigones, ni para las pelotas de golf. Lo mismo sucede con la vida.Si utilizáramos todo el nuestro tiempo y energía en las cosas pequeñas, no tendríamos nunca lugar para las cosas realmente importantes. Presta atención a las cosas que son cruciales para tu felicidad. Juega con tus hijos, concédete tiempo para ir al médico, ve con tu pareja a cenar, practica tu deporte o tu afición favorita. Siempre habrá tiempo para limpiar la casa, para reparar la llave del agua. Ocúpate primero de las pelotas de golf, de las cosas que realmente te importan. Establece tus prioridades, el resto solo es arena".Uno de los estudiantes levanto la mano y le preguntó que representaba el café. El profesor sonrío y le dijo: "¡¡Me encanta que me hagas esta pregunta!!"El café es para demostrar que aunque tu vida te parezca llena, siempre hay un lugar para dos tazas de café con un amigo........

04 diciembre 2005

"ya lo tengo"


La salud, el dinero o la familia son factores que habitualmente nos provocan un estado de ansiedad. Pero cuando las tensiones se vuelven crónicas (más de seis meses), impidiéndonos enfrentarnos al día a día, incluso sin una situación que lo justifique, estamos hablando ya de una patología denominada Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG).

Hace unos días oía al sabio ciéntífico Eduard Punset en una interesante entrevista , en ella explicaba lo que yo hace ya tiempo venía intuyendo , que denomino el "ya lo tengo". Comentaba Punset que lo aprendió de su perra ,al ir a darle de comer esta se volvía loca de ilusión hasta el punto de casi no dejarle avanzar cuando él se dirigía a la cocina para llenar el cuenco de su animal de compañía, luego él hacía como que se le olvidaba la tarea y la perra ladraba , finalmente se dirigía como podía a la terraza a dejar el cuenco en el suelo acompañado de nuevo por el animal que nuevamente le hacía "fiestas". Una vez la comida ya obraba en poder del animal , este cambiaba radicalmente y dejaba de tener esa ilusión.La ilusión estaba en "que iba a conseguirlo".
Posteriormente descubrió Punset , en una de sus conversaciones con eminentes científicos , que el fenómeno en cuestión que él ya había constatado había sido motivo de premio Nobel en un grupo de científicos que analizaron esta ,digamos , parte de la felicidad.
Necesitamos tener regularmente ilusiones y el hecho de vivir pendientes de alcanzarlas , aunque sean objetivos cercanos y cotidianos , es parte de lo que nos permite vivir de forma feliz.

Lo que ocurre es que en nuestra sociedad , el dinero pasa a protagonizar un papel nocivo en el fenómeno y entorpece el fin.Si no tenemos las necesidades primarias cubiertas , el dinero si que nos puede dar la felicidad , pero desde el momento en que tenemos techo , comida, y un cierto apego sentimental con algún amigo o familiar, el excedente de dinero suele provocar ansiedad por aquello de tener siempre en mente algo que conseguir , fruto del bombardeo comercial que sufrimos en todos los frentes.No importa cuanto nos sobre , siempre estaremos pendientes de gastar ese excedente y tan sólo las dudas que nos supone la variedad de la oferta ya nos suele provocar ansiedad. Y lo peor es que una vez adquieres ese "gadget" tan soñado , viene el bajón , porque la felicidad estaba en intentar conseguirlo y sino reflexionad si os ha ocurrido.El posterior disfrute de esa compra es inversamente proporcional a la felicidad que nos causaba el querer adquirirlo y normalmente , una vez comprado , pasa al olvido. Según que entornos constituyen pues una traba a nuestra felicidad.... Es otra maravilla más de nuestra sociedad de consumo. N.E.N.C.