La naturaleza humana es increíblemente moldeable y se conforma de modos muy diferentes dependiendo de las condiciones culturales vigentes.
Veamos un ejemplo real y clarificador :La antropóloga Margaret Mead realizó un estudio exhaustivo en 3 sociedades primitivas que no se conocían entre ellas y pudo observar que así como una desarrollaba una personalidad que nosotros llamaríamos maternal y femenina (en ambos sexos) ,otra se caracterizaba por una personalidad agresiva y violenta como rasgo básico de su cultura (también en los dos miembros de una pareja) y finalmente en una tercera sociedad la mujer era la que dominaba, ordenaba a la vez que era fría emocionalmente, mientras que el hombre se mostraba sometido y dependiente.
Los Arapesh (e can de mor) ,los mundugumor y los Tchambuli constituyen pues 3 ejemplos de sociedades con roles bien marcados ,diferenciados y sobretodo diferentes que en los dos primeros casos destacan por no haber desarrollado un contraste de personalidad entre uno y otro sexo y en tercero si.
Deduzco por tanto que los roles sexuales , temperamentales y sociales en nuestra sociedad occidental son totalmente culturales no debiéndose pues a ningún tipo de orígen genéticamente hereditario de nuestra especie.Esto vendría a decir que la mayoría de los rasgos de personalidad que en occidente consideramos masculinos o femeninos, están unidos al sexo biológico de modo tal laxo como lo pueden estar la vestimenta, los modales o el peinado asignado a cada sexo, según la sociedad y la época.Lo que también ocurre es que aunque el ser humano sea bastante moldeable , nos resulta a menudo duro admitir cambios en lo que vienen siendo nuestras costumbres culturales.Pero el inexorable paso del tiempo y los cambios que acarrea una cultura viva nos acaban abocando a tener que asimilar las nuevas situaciones adaptando nuevos roles a veces el hombre y a veces la mujer.
Se me ocurre por ejemplo el sustancial cambio generacional acaecido desde nuestros padres a nosotros mismos , antes sólo debía trabajar uno , hoy en día por necesidad suelen ser los dos miembros de una pareja los que se ocupan de aportar recursos a la familia .Ello conlleva una inevitable necesidad de descarga de trabajo en el hogar para la mujer que debe ser cubierta bien por una ayuda externa bien por una colaboración del hombre en el hogar que antes no era necesaria.
De todos modos resulta complejo valorar lo que es justo y lo que no lo es si partimos de la base del estudio de la Dra. Mead quedando claro que cualquier atribución de tareas o roles es susceptible de variar dado su exclusivo carácter cultural, y la infinita variedad de culturas que conviven en nuestro planeta.Si a esto último le añadimos que cada individuo , por social que sea , tiene sus propias convicciones , se me antoja que llegar a un acuerdo en cuanto a roles en una pareja es una cuestión compleja aunque meramente de entendimiento y tolerancia.
Pero como dijo la Dra Mead ¿Que conclusiones sacamos al comprobar que una cultura puede elegir unos pocos rasgos, de entre la amplia gama de cualidades humanas, con objeto de implantarlos como deseables para cada uno de los sexos o para la comunidad entera? para responder a esto deberíamos entrar a valorar y analizar la figura del inadaptado cosa que dejamos al alcance de los más curiosos en el estudio completo de Margaret Mead :
http://www.identidades.org/fundamentos/mead_temperamento.htm
Margaret Meat (1901-1978)
09 septiembre 2005
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